Burhan Sönmez* (novelista kurdo desde 1996 exiliado de Turquía después de un intento de asesinato por parte de la Policía turca), actual presidente del PEN Internacional, analiza las amenazas de Javier Milei contra la libertad de expresión y los derechos culturales, instándolo a “honrar los compromisos asumidos por el Estado argentino con los tratados y normas de derecho internacional”
Por Burhan Sönmez, presidente de PEN Internacional
PEN Internacional está preocupado por los discursos estigmatizantes del presidente Milei contra periodistas, escritores, grupos editoriales y medios de comunicación. Desde enero de 2024, se han registrado al menos 61 ataques contra la prensa argentina, según el Foro de Periodismo Argentino. De estos ataques, el presidente fue responsable de al menos el 30%, mientras que el 13% fueron llevados a cabo por la policía y el 10% por funcionarios municipales y nacionales.
Desde el 10 de diciembre de 2023, día en que Milei asumió la presidencia de Argentina, se han violentado la libertad de expresión y los derechos culturales, poniendo en peligro el trabajo de reporteros, escritores y profesionales de la cultura. Se han suspendido los contratos de publicidad del gobierno con los medios de comunicación, lo que ha provocado que algunos medios, sobre todo los críticos con el gobierno, se planteen cerrar.
En lo que va de año, Acequia TV ha cerrado y en marzo el gobierno suspendió Télam, la mayor agencia de noticias de América Latina, después de que el presidente anunciara su cierre por ser supuestamente un instrumento de «propaganda». Más tarde, en mayo, las autoridades suspendieron el contenido de las redes sociales por supuesta reorganización.
Javier Milei ha descalificado continua y públicamente a los periodistas, calificándolos con palabras despectivas como “corruptos”, “mentirosos” o “extorsionadores”. A su vez, acusa a los medios de ejercer la “extorsión”, la “mentira, la difamación y la calumnia”; y advirtió en su cuenta de X que la tarea de su gobierno será “bajarlos de la torre de marfil en la que creen que viven”.
El 17 de marzo de 2024, la editorial de no ficción Marea, especializada en periodismo y derechos humanos, fue víctima de un ataque de troles en su cuenta de Facebook. El objetivo del ataque era desacreditar el libro Delia, bastión de la resistencia, de Soledad Ipaguirre, sobre Delia Giovanola (1926-2022), una de las fundadoras del grupo Abuelas de Plaza de Mayo. Con más de 800 mensajes y comentarios de odio, el ataque se produjo en vísperas del Día de Conmemoración por la Verdad y la Justicia, el 24 de marzo. La mayoría de estos mensajes defendían la última dictadura militar, apoyaban a Milei, contenían expresiones de odio contra las Abuelas de Plaza de Mayo e incluían amenazas de desaparición o muerte contra el editor o los colaboradores. Mientras tanto, el presidente Milei ha insultado y desacreditado públicamente a escritores e intelectuales por criticarle.
Más tarde, el 9 de abril, Editorial Perfil, un grupo de medios de comunicación con 47 años de existencia, fue blanco de las críticas del presidente Milei durante una entrevista, en la que «celebró» su posible quiebra.
Además, en Argentina han aumentado las detenciones, amenazas, en algunos casos de muerte, y las agresiones contra los trabajadores de los medios de comunicación que cubren las protestas ejemplificadas con sucesos como los que sucedieron entre el 31 de enero y 2 de febrero, cuando al menos 35 reporteros fueron atacados por las autoridades con balas de goma, gases irritantes o golpeados por el simple hecho de informar sobre la manifestación ciudadana.
Estas agresiones, combinadas con la presión económica, la inseguridad laboral de los trabajadores de la cultura y los medios de comunicación y las demandas civiles contra periodistas, representan intentos sutiles de sofocar un trabajo crucial para la democracia y la sociedad.
A seis meses de gobierno del presidente Milei, ha surgido un claro patrón de ataques, descalificaciones, amenazas y cierres repentinos de medios de comunicación, entre otras acciones, que crean un efecto amedrentador y un entorno hostil para periodistas, escritores, editores y trabajadores de los medios de comunicación y la cultura. Esto evidencia una coyuntura crítica para que el gobierno de Argentina realmente garantice el derecho de acceso a la información y la libertad de expresión.
PEN Internacional hace un llamado al Presidente de Argentina y a su administración para que:
– Pongan fin a todos los actos de discriminación y estigmatización por parte de funcionarios contra medios de comunicación y periodistas, que impiden la libertad de información.
– Garanticen el pleno ejercicio de la libertad de expresión, consagrada en el artículo 14 de la Constitución Nacional Argentina.
– Asegure las medidas de seguridad necesarias para que los periodistas puedan realizar su trabajo libremente y sin riesgo de ser amenazados o agredidos.
– Garantizar el derecho de los trabajadores y profesionales de la cultura a trabajar sin temor a la represión.
– Honrar los compromisos asumidos por el Estado argentino con los tratados y normas de derecho internacional como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Declaración de Chapultepec, entre otros.
ARTÍCULO PUBLICADO ORIGINALMENTE ACÁ
* Burhan Sönmez nació en Haymana cerca de Ankara , Turquía, en 1965. Creció hablando turco y kurdo , luego se mudó a Estambul , donde trabajó durante un tiempo como abogado. Fue miembro de la Sociedad de Derechos Humanos (IHD) y fundador de TAKSAV (Fundación para la Investigación Social, la Cultura y el Arte). Fue uno de los fundadores del diario BirGün , un periódico de oposición de izquierda. Sönmez fue arrestado y detenido por las autoridades turcas cuando era estudiante en 1984, y nuevamente mientras trabajaba como abogado de derechos humanos. En 1996, resultó gravemente herido tras un violento intento de asesinato por parte de la policía turca. Después del ataque abandonó Turquía y finalmente terminó en Gran Bretaña, donde aprendió inglés y recibió tratamiento con el apoyo de la organización benéfica Freedom from Torture . Ahora tiene doble nacionalidad turco-británica. Aunque estaba interesado en la poesía y ganó premios en dos concursos nacionales de poesía en Turquía, se dedicó a escribir novelas. Su interés por la escritura, la narración y la literatura moderna tiene sus raíces en las historias y leyendas tradicionales con las que creció. Su experiencia única de crecer en una aldea remota sin electricidad y tener una talentosa narradora como madre le ha proporcionado perspectiva, inspiración y material para su escritura. Ha escrito para varios periódicos y revistas, entre ellos The Guardian , Der Spiegel , Die Zeit y La Repubblica . Tradujo al turco el libro de poesía Las bodas del cielo y el infierno de William Blake . Fue miembro del jurado del Premio de Literatura Cevdet Kudret 2014, del Festival Internacional de Cine de Ginebra 2020 y del Premio Inge Feltrinelli 2023 . Dio clases de Literatura y Novela en el METU.