
La obra Pintando a Berni, gestada por el Teatro Municipal La Comedia, resulta ser una rara joya escénica que alegra y emociona con su alquimia de espectáculo inmerso en el imaginario y el arte de Antonio Berni

Por Andrés Maguna

Calificación: 5/5 Tatitos
En 1962 Antonio Berni plasmó sobre una madera de 2,8 x 4 metros, usando óleos, acrílicos y materiales desechados en basurales, El mundo prometido a Juanito Laguna, obra de desgarradora ternura que pinta de cuerpo entero el ideario sobre el que fue trabajando el artista a lo largo de su vida. De la misma manera, 63 años después, la obra de teatro Pintando a Berni, dirigida por Nicolás Cefarelli, logra sintetizar “eso” que era, y sigue siendo, Berni en tanto sujeto político-social y creador de arte, militante del arte, y hombre que no mató a su niño interior, y cultivó con esmero la relación de ese niño con su obra.
Así entonces, decir que Pintando a Berni es una comedia con toques de musical para niños (o infancias) sin otra intención que la de entretener y divertir a la pibada, a la par que se le ofrece un pantallazo didáctico sobre vida y obra de Antonio Berni, sería como decir que El mundo prometido… es uno de los cuadros de Berni que buscan reflejar una realidad social antes que expresar algo muy específico.
Durante los 55 minutos que duró la puesta en escena de Pintando a Berni el sábado 19 de julio, en la segunda de las “funciones accesibles” (adaptadas para personas con discapacidades visuales y auditivas, incluyendo intérpretes de lengua de señas y audiodescripción en vivo), las más de 600 personas que atestábamos el Teatro Municipal La Comedia fuimos llevadas a una dimensión sin tiempo ni edad en la que que todo era gozo: de las canciones, de las actuaciones (los actores gozando de su laburo, y los espectadores participando de ello), de las obras de Berni proyectadas, de los colores, las mariposas, los barriletes, del uso de los objetos escénicos, la escenografía, el vestuario, la iluminación, la actuaciones de los intérpretes de la lengua de señas, el relato audiodescriptivo… Todo junto, amalgamado mágicamente. Una de esas cosas que suceden en el gran río porque allí confluyen muchas corrientes de la alegría cósmica.

Desde el más estricto punto de vista de la crítica, solo puedo contar que mientras escuchaba la hermosísima canción final de la obra –entregado desde hacía rato a un disfrute irracional y puro– una emoción violenta me tomó por asalto y mis ojos se llenaron de lágrimas. Traté de reprimirme mirando en derredor, buscando a otros “emocionados” en su lagrimear, pero no los hallé: todos seguían, arrobados, lo que ocurría en escena, donde les actores Juan Pablo Biselli, Agustín Rosso, Fernando Porcel, Cecilia Tesei, Antonela Regalado y Camila Olivé, a todas luces felices, cantaban y bailaban sobre la música y sobre la vibra neumática que se había instalado entre el escenario y el público.

Y desde la fría subjetividad analítica puedo destacar los que me parecieron grandes aciertos de los realizadores de Pintando a Berni: un guion que sin subestimar a nadie ni sobrestimar nada abre una ventana posible para apreciar sin prejuicios la figura de Berni; la dirección, que respeta esa libertad interpretativa del guion y la potencia dando vuelo a la imaginación de les actores, que construyen sus personajes de muy suelta manera, incluidos los desafiantes papeles de dos icónicos nombres del “mundo Berni”: Juanito Laguna (Regalado) y Ramona Montiel (Tesei); la escenografía, el vestuario, las luces, las proyecciones y los “efectos especiales”, en todos los aspectos técnico-materiales, que esquivan los estereotipos ingenuos (lo naif) del mismo modo que lo hacía Berni en su obra, y finalmente el concepto sostenido, la intención de nacimiento de la obra en sí, pues resulta evidente que la premisa fundante, la de trabajar en especial en torno de las luces y lo positivo de Berni y su obra, del arte en general, se mantuvo a lo largo de todo el proceso creativo, hasta llegar a esta magnífica experiencia que se ofrece a los espectadores para que completen el sentido ulterior de una obra de teatro parecida a un enorme barrilete de colores sobre el cual puede volar quien lo desee.
FICHA:
Título: Pintando a Berni. Dirección: Nicolás Cefarelli. Asistencia de dirección: Estefanía Caminotti
Elenco: Juan Pablo Biselli, Agustín Rosso, Fernando Porcel, Cecilia Tesei, Antonela Regalado y Camila Olivé. Diseño de escenografía: Rodrigo Frías. Realización de escenografía y utilería: Cristian Osés, Rodrigo Frías y Lucía Palma. Ilustraciones proyectadas y diseño visual: Angelina Pedemonte. Diseño técnico de proyecciones: Lucía Palma. Diseño de vestuario y caracterización: Ramiro Sorrequieta.
Asistencia de vestuario: Liza Tanoni. Realización de vestuario: Cintia Pendino, Marian Gregoret, María Carolina Leali y Cristian Ayala. Asistencia de maquillaje y peluquería: Eugenia Luchini. Música original: Homero Chiavarino. Músico sesionista: Mauricio Palavecino. Diseño coreográfico: Elizabet Bellini. Material para dossier pedagógico: Trinidad Marrone. Fotografía para gráfica: Nano Pruzzo. Dramaturgia: Florencia Cresto. Producción general: Equipo del Teatro Municipal La Comedia.
