
La obra Consagrada, el fracaso del éxito, unipersonal de Gabi Parigi, no exhibe fisuras en su cometido de recrear desde el humor y la ternura una experiencia de vida tornándola un exitoso experimento teatral

Por Andrés Maguna

Calificación: 5/5 Tatitos
Si “consagrar” significa “hacer sagrado a alguien o algo”, y “sagrado” un adjetivo que refiere a lo que es “objeto de culto por su relación con fuerzas sobrenaturales”, la obra de teatrocirco Consagrada, que pudo verse en el Parque de España de Rosario el sábado 26 de julio, rinde culto al “objeto teatro” en tanto espíritu animado por fuerzas sobrenaturales, que serían las que le insuflan un hipnótico atractivo cuando las cosas están bien hechas desde el origen, desde la misteriosa intención de nacimiento. (El título de la obra es Consagrada, el fracaso del éxito, pero se la nombra como Consagrada a secas, tal vez porque en realidad habla del “éxito del fracaso”, o porque el concepto de “consagración” implica una entrega total y un compromiso con algo, en este caso la excelencia deportiva, siendo evidente en la puesta en escena que la ex atleta olímpica Gabriela Parigi encontró la verdadera esencia del éxito, por lo que el predicado se distancia demasiado del sujeto de la oración titular, puesto que la consagración no se puede medir por éxitos o fracasos: cuando la entrega es “total” no se repara en claroscuros psicológicos).
La obra, creada por Parigi junto con Flor Micha (también su directora), está hecha de 70 minutos de la ex gimnasta olímpica contando, sola en escena, los 15 años de su vida (de los 4 a los 19) en los que transcurrió su dedicación a una disciplina deportiva de alto rendimiento y extrema competitividad, con una reflexión de ella misma (porque también es un biodrama) 20 años después, es decir ahora, a sus 39.
Consagrada a su arte escénico en el proceso creativo durante tres años (2018 a 2021), Parigi, una artista compacta, muy expresiva, dotada de muchos recursos, de poderosa presencia escénica, fuerte por donde se la mire, graciosa, enérgica y poseedora de lo que parece un incontenible dinamismo, terminó haciendo, con la ayuda de Micha, una pieza teatral a su imagen y semejanza: Consagrada se aprecia redonda y homogénea, diciendo lo que tiene para decir con el humor inclaudicable del personaje del antihéroe, tomándose a sí misma y a otros (personajes prototípicos basados en personas reales de su historia) en broma, imitando a los demás, y a sí misma niña, con sarcástica ternura, provocando sonrisas, risas y carcajadas.
Gabi Parigi sabe, porque lleva cuatro años comprobándolo, que Consagrada tiene éxito, en cada presentación, en su propósito de llegar con su entrega, lo mucho que da de sí con denuedo, a la gran mayoría de los espectadores, quienes más tarde o más temprano se dejan llevar por el relato dinámico coreográfico y comienzan a dimanar hacia el escenario una energía retributiva, algo de sí mismos relacionado con cómo se están sintiendo, o la transformación que están experimentando. Esa onda que nace y se establece entre la artista y el público puede calificarse de “sagrada”, también de “sobrenatural”, por su condición de inexplicable racionalmente, invalidando en parte el intento de explicación de esta misma crítica.
En cuanto al cuestionamiento que Consagrada hace de la meritocracia y el exitismo, queda en lo anecdótico toda vez que termina siendo un profunda reflexión desde el arte escénico sobre el sentido de la vida, y más aún: del sentido del teatro respecto del sentido de la existencia, o viceversa.
No creo estar exagerando cuando digo que Gabi Parigi es una mujer sin reverso al momento de mostrar su arte de mostrarse, cuando la artista se representa, representándose, en la recreación de su infancia y su adolescencia. Además lo que dice en primera persona, mucho más que los textos de su vis cómica, aporta una correlación sistémica con el concepto basal de la obra, el relato descarnado de una experiencia de vida con sus alivianadoras luces y sus traumáticas sombras. Y todo ello sin ponerse como ejemplo de nada, sin golpes bajos, sin denuncias ni acusaciones, ni pase de facturas.
Bajo la advocación de una rara alquimia, en Consagrada resulta concitada la “sagrada” magia milenaria de las artes escénicas integradas en la danza, la música, el teatro y el circo, de la mano de una clown, payasa, actriz, bailarina, acróbata y gimnasta excepcional.
FICHA
Título: Consagrada, el fracaso del éxito. Autoría: Flor Micha y Gabi Parigi. Actuación: Gabi Parigi. Dirección general: Flor Micha. Música de Juan Barone, piano grabado de Santiago Martínez, mezcla de Juan Barone y Julián Scarinci, vestuario de Sharon Luscher, objetos de Sharon Luscher, Flor Micha y Gabi Parigi, iluminación de Laura Saban, entrenamiento vocal de Silvina García, fotografía de Macarena De Noia, video de Fernando Sánchez. Imagen y diseño gráfico: Lima y La Imagen de Les Artistas. Comunicación y redes: Carmen Brailu. Asistencia de producción: Lucía Hernaiz. Producción: Emilia Cortelletti y Gabi Parigi. En la sala Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España de Rosario. Función del sábado 26 de julio de 2025 en el marco del ciclo En Obra de la Comedia de Hacer Arte.