Dos tilingas de boite en el limbo

Fotos: Zoe Maguna

Nené Pedretti y Mariela Romero animan Mau Mau o la tercera parte de la noche, pieza de antropología teatral de Santiago Loza, bajo la dirección de Gustavo Maffei

Por Andrés Maguna

Teatro armstronense sobre el texto de un autor cordobés, en base a la historia de un sitio icónico de la porteñidad, en una sala rosarina. La compañía El Humo Teatro volvió a la ciudad (ya había estado el año pasado, en La Orilla Infinita) con su rara pieza de antropología teatral, la obra Mau Mau o la tercera parte de la noche, bajo la dirección de Gustavo Maffei sobre un guion de Santiago Loza, con actuaciones de Nené Pedretti y Mariela Romero, en el Espacio Bravo, enclavado en el viejo barrio Agote que orla, hacia el norte, la Terminal de Ómnibus.

Durante casi una hora las dos actrices se ponen en la piel Mecha y Rita, dos bolicheras veteranas, contoneándose casi todo el tiempo al ritmo de una difusa música disco, con gestos y modismos de anticuado aniñamiento, mientras conversan con un tema preponderante: el recuerdo de los treinta años durante los cuales sus vidas orbitaron en torno de la primera boite living del país, Mau Mau, que abrió sus puertas en 1964 y las cerró para siempre en 1994.

El texto teatral de Santiago Loza pone bajo la lupa una reconstrucción historicista de esos 30 años críticos de la historia argentina desde el ángulo de visión de Mecha y Rita, como arquetipos de la clase media banal y complaciente, ubicándolas en un limbo brumoso, ascético (apenas un sillón, una pequeña barra, al fondo, y una enorme bola de espejos que pende, cenital, inmóvil, cual espada de Damocles), con la sola fantasmal compañía del Insobornable (el director Maffei), personaje inspirado en Julio Fraga, famoso portero de Mau Mau apodado de tal manera.

Así, mientras el Insobornable se mantiene al costado, mudo, relumbrando en su smoking de tonos claros, también bailoteando, Rita y Mecha van rearmando una cronología ordenada que arranca en el 64, reviviendo el incendio que destruyó la boite a cinco meses de su inauguración (sus dueños, los hermanos Lata Liste, la reconstruyeron, idéntica, en dos meses), el contradictorio jolgorio de fines de los 60 y primeros 70, los oscurísimos años de la dictadura, la Guerra de Malvinas, la primavera democrática, y el atentado contra la cercana Embajada de Israel en el 92, que marcó el final de una Mau Mau ya decadente.

En Mau Mau o la tercera parte de la noche no se nombra ni una de las cientos de celebridades de toda índole que se dieron citan allí, ni se habla de los conciertos intimistas de artistas mundialmente famosos (los hermanos Lata Liste llegaron a sacar más de 20 discos recopilatorios que se vendieron como pan caliente), sino que profundiza en la psique de esas dos minas venidas a menos, representativas de esa claque cholula de gran parte de la sociedad, que salían cortadas en el borde de las fotos de la revista Gente.

El registro actoral de Pedretti y Romero se ajusta perfectamente a ese canon de “gente de boliche” que tan bien supo representar John Travolta en Fiebre de un sábado por la noche, potenciado por el efecto de “teatralidad” que imprimen a sus descripciones de espacios imaginarios, en especial en el momento nodal de la representación, cuando memoran la madrugada en que, volviendo al barrio en un colectivo, en el que también viajaban “unos melenudos”, fueron detenidas en una razzia paramilitar y trasladadas a un centro clandestino de detención, donde luego de ser violentadas e interrogadas son puestas en libertad porque los encargados del operativo las consideran “dos tilingas” sin importancia.

Aunque por momentos el diálogo entre las dos tilingas, desvaído por naturaleza, anodino en ciertos aspectos, se vuelve difícil de seguir atentamente (en la sala, donde éramos 30 espectadores, percibí un par de bostezos), lo cierto es que también genera curiosidad por saber a dónde va la cosa, y cualquier incipiente aburrimiento se disipa en aras del morbo teatral que implica aceptar la invitación al interior del alma humana, por más que sea a través de la intimidad de lo que dos tilingas sin importancia encontraron como leit motiv existencial: la concurrencia periódica a un lugar de pertenencia, un espacio de inconsistente artificialidad donde parecer lo es todo y los negadores pueden encontrarse, a sus anchas, con sus pares, en ese limbo atemporal que los protege hasta que deben enfrentarse a “la tercera parte de la noche” en su regreso al frío gris de lo real.

Cuando salíamos del Espacio Bravo (fui con Zoe, mi hija más nueva y fotógrafa de la Revista Belbo) nos encaró Pamela Di Lorenzo, la encargada de difusión de la obra de la compañía El Humo Teatro, para preguntarnos si queríamos decir algo en un reel (breve registro audiovisual) que luego se compartiría en Instagram, y luego de dudar unos segundos (en mi cabeza ya había empezado a cocinar el caldo de lo que escribí más arriba), tratando de condensar en pocas palabras mis impresiones, pasé mi brazo izquierdo sobre los hombros de Zoe para darme ánimo, y enfrentándome a la cámara con ímpetu sólo atine a decir: “Aguante el teatro de Armstrong. Alucinante.”

FICHA

Título: “Mau Mau o la tercera parte de la noche”. Autor: Santiago Loza. Actúan: Nené Pedretti y Mariela Romero. Dirección general: Gustavo Maffei. Asistencia de dirección: Iván Tritten. Iluminación: Francisco Capoduro. Vestuario y estética general: Cristian Ayala – María Carolina Leali. Escenografía y gráfica: Francisco Nakayama. Entrenamiento y asesoramiento físico: Analía Rodríguez. Asesoramiento sonoro: Dj Melody-Dj Carlos D. Producción: compañía El Humo Teatro, de la ciudad de Armstrong. Prensa: Pamela Di Lorenzo. Funciones programadas en Espacio Bravo: viernes 21 y 28 de junio de 2024.

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  1. Mabú dice:

    Aguante Río Belbo también! ✊️😉

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