“Las computadoras podrían sorprendernos haciendo algo que no les hemos pedido”

Yann Diener. Foto : ©️Yves Terrani.

Romain Gary y los efectos del lenguaje informático se tituló la conferencia del psicoanalista y cronista francés Yann Diener que reprodujo Revista Belbo: al final de la misma, el autor respondió preguntas de la coordinadora, Susana Sherar, y algunas personas del público

Susana Sherar –Muchas gracias Yann por este aporte tan original que has hecho sobre las relaciones entre lengua y lenguaje informático. Voy a empezar por tomar lo que dijiste al final porque me interrogó: ¿Podríamos decir que ese nuevo lenguaje informático devendría un lenguaje «inconsciente»? ¿Le podremos pedir a la computadora que sueñe, que haga un lapsus, un chiste, algo más cercano a la poesía, lo que nos acercaría al Inconsciente?

Yann Diener –Pienso que es un salto que podría hacerse, porque desde siempre a las máquinas se las programa con el deep learning, o sea el aprendizaje profundo. Los que las conciben se inspiran en un modelo psicológico, no conocen la teoría del significante de Lacan, que es no euclidiana, o sea que la proximidad de los significantes no depende de la proximidad en el diccionario, ni de la semántica, sino que depende de la cadena significante que cada uno construyó en su vida de acuerdo a su historia, y a su entorno lingüístico. Los conceptores se centran en la psicología de Piaget, del desarrollo del niño, de la acumulación de vocabulario, pero no se interesan por lo que nos interesa a nosotros cuando escuchamos a alguien construir un chiste o un juego de palabras, quiero decir por metáfora, por sustitución de significantes, que es una construcción topológica…

O sea que fabrican programas, pero de una cierta manera. Es como pedirle a un chico de dos años que haga una metáfora… Pienso que podríamos llegar a comprender en otra estructura, con otra lógica, un algoritmo que se aproxime a esa capacidad de dar un salto. Lacan retomaba la frase conocida: «La palabra es la muerte de la cosa», o sea aceptar que cuando hablamos, simbolizamos, utilizamos la palabra para «matar» la cosa, es un acto, por eso a veces los autistas dicen: yo no voy a ejercer esa violencia que es hablar, yo no quiero suprimir el mundo, aceptar hablar es aceptar que la cosa no está. Hay gente que dice «No, no puedo, no soy suficientemente violento».

Pero por el momento, tal como están concebidos los programas, no pueden matar a la cosa. Se puede llegar. Hay una nueva etapa que se llama unlearning que roza la ciencia ficción, nos hace temblar, donde los conceptores después de haber bombardeado las computadoras de datos para que se vuelvan un poco inteligentes, por ejemplo los autos automáticos , diferencian un árbol de un peatón, para no pasarle por encima, porque las llenan de datos; primero cuestan muy caro, llevan mucha energía eléctrica… Para que una compu comience a traducir un texto necesita muchos, muchos ejemplos, entonces comienzan a crear los algoritmos para «des-aprender». No estamos todavía en el olvido porque el inconsciente es también eso: es reprimir, se reemplazan, se olvidan los seres por palabras. Así se lo descubrió, porque la histérica sufre de reminiscencias, porque no logra olvidar los afectos de algo que vivió y eso tiene que «salir»: en los actos, en los síntomas. Freud descubre eso y hace algo con eso. O sea que ahora se les pide a las computadoras olvidar ciertas cosas, no retener todo, seleccionar un poco. No es el inconsciente tal como lo conocemos, pero empiezan a ponerle aceite a la máquina, estamos más cerca.

–Más cercano del lenguaje cifrado.

–Eso es, cifrado; no codificado.

–Quiere decir que las máquinas van a poder simular algo, mentir, lo que por ahora no pueden hacer. Pueden jugar, hacer una ficción, pero no semblantean… Lo que estás diciendo es que podrían…

–Podrían sorprendernos, hacer cosas que no les hemos pedido… El programa que ganó en el campeonato de go, Alpha Go, le ganó al campeón y no saben cómo hizo, Google hizo el algoritmo pero pierden el control… El juego de Go es un juego más complejo que el ajedrez. Dicen: no se sabe lo que hizo… El go es un juego que no es de anticipación como el ajedrez , el Go es otra cosa… Georges Perec era un apasionado de Go, hay que rodear al adversario, poner en juego otras cosas, otro espacio, otra dimensión… Ahí empiezan a desconfiar, dicen: no se sabe lo que hizo…

–Se nos escapa…

–Se nos escapa, como el dron americano que están probando en Libia, porque mandan cada vez menos gente pero mandan robots del ejército americano que son programados para tirar sobre cierto tipo de rostros, y la «cosa» se dio vuelta, se puso a tirar no sobre los americanos porque ellos no están, pero sí sobre sus aliados…

–¿Y no fue un error? Como a veces aparece Error 404.

–No fue un error en el sentido de falla, vieron después en el programa que fue una decisión de la máquina. Ahí se dijeron bueno, vamos a parar un poco (risas). Se pierde un poco el control… Por eso quizá vamos a hacer un poco de poesía…

–Justamente, en el título de tu charla «Romain Gary contra el lenguaje informático», ese «contra» vos lo ves como una oposición, o sea ¿la lengua de Michel Coussin como lenguaje poético en oposición al lenguaje informático? ¿O bien que él lo desenmascara?

–Sí, cuando habla de prótesis… desenmascara, decodifica también las reglas del lenguaje convencional, porque hacía rato que nadie se ponía a escribir así, él lo hizo con palabras que no eran conocidas en la época, con imágenes… Ese «contra» es contra ese lenguaje informático binario, es un debut de crítica del lenguaje informático de ese momento, quizá después no lo podamos ya llamar lenguaje informático, como la computadora. No se sabe cómo se va a llamar porque no será ya más una gestión informatizada de la información. ¿Saben de dónde viene el término computadora? Las primeras máquinas, IBM no sabía cómo llamarlas, no encontraban la palabra en Francia para traducir computer, y ya comercializaban las primeras IBM, «calculadora» tampoco iba, y le preguntaron a un cura católico, filólogo, en el año 65. El tipo les dijo: si yo entendí bien, esta máquina promete poner orden en el mundo. Entonces llamémosla «ordenadora» (ordinateur).

La palabra no existía, pero en teología decían: Dios, ordenador del mundo, en el sentido de Dios que pone orden en el mundo. Ahí tienen la raíz de la palabra «ordinateur» (computadora en francés): ahí encontramos la «ordenación» de un cura, poner en «orden». La palabra había caído en desuso, incluso en teología. La testean ¡y esa palabra es la elegida!

–¡Y anduvo!

–Anduvo porque adhiere a una cierta forma del discurso informático, de un sentido muy religioso por lo que se espera de él: algo universal. Turing hablaba de «máquina universal», católico quiere decir universal, se espera algo totalizante…

–Y la verdad también ¿no? Se espera una verdad…

–¡Sí! Y reducir los malentendidos del lenguaje, tener el mismo lenguaje… Hablar con una sola voz… El término ordinateur funciona en francés, pero después ya no será eso porque ya no serán máquinas que están concebidas para poner orden en el mundo. Hoy hay proyectos políticos que son más bien de hacer desorden. Vamos a tener nuevas herramientas que están construyendo nuevas máquinas que van con nuevos lenguajes…

–…que van en el sentido de binario a no binario…Y te hago la última pregunta, antes de pasar la palabra a la sala. Si decimos que se trata de binario a no binario, es de lo que se trata también en el sexo. La teoría del género va también de binario a no binario, lo plural, lo múltiple… ¿Ves ahí un paralelo posible de lo binario a lo no binario?

–Ya en el lenguaje es más que un paralelo, hay una conjunción: un paralelo no, porque dos líneas paralelas no se tocan. Claro, en el lenguaje se habla cada vez más de no-binario, de no tener que elegir entre un sexo y el otro, cada vez más gente se reivindica no-binario, eso organiza muchas cosas ya; hay una contemporaneidad entre lo que pasa en ese registro y en el lenguaje informático.

–¿Y el cuerpo en todo eso?

–Podemos decir que en los dos casos hay un proyecto bastante transhumanista de salir de ese cuerpo, cuerpo que nos molesta mucho, que no marcha bien, que hay que reparar seguido, que no dura mucho tiempo. Los pontífices del transhumanismo piden no tener necesidad de cuerpo para pensar: hay todo un debate, reinventan el debate teológico de qué es el alma. Porque cuando se trata de telecargar el espíritu (porque están en ese punto ¡es increíble!)… Bezos, el patrón de Amazon, quiere hacerlo, quiere sobrevivir a su cuerpo y pide a sus ingenieros de telecargar su espíritu. Entonces viene la discusión: ¿pero qué es el espíritu? ¿Es el alma? No, no, grandes disputas… ¿Qué van a telecargar? Porque no son las conexiones neuronales ni un scanner del estado del cerebro… Y vuelven a los debates de qué es el hombre ¿Es nada más que carne, un cuerpo? Como en los debates del siglo XVI donde introducían las oposiciones entre el cuerpo de Cristo y lo presencial (de ahí viene la expresión «en presencia del cuerpo de Cristo»). ¿Qué se va a telecargar con el alma de Jeff Bezos? El ingeniero de Google con el que charlo –al final le hago la broma con lo que vos preguntás–: ¿cómo van a producir en la compu un chiste, un juego de palabras? Para eso la compu tendría que estar cargada con un algoritmo que Lacan llama el algoritmo del Nombre del Padre*. En informática el término algoritmo se emplea desde 1936, y Lacan va a utilizarlo en lingüística. En «Subversión del sujeto y dialéctica del deseo» Lacan habla en términos de algoritmo. Yo decía como una broma, si puedo llegar a decodificar en Python la metáfora del Nombre del Padre, que es una ecuación -o sea un conjunto de términos, con una función, hay una equivalencia,se escribe como una ecuación-, y si es una ecuación, ¡la puedo escribir en Python ! Pero claro, ahí la gente se puede preguntar si deliro un poco, si estoy bien… Uno se pierde… Pero yo le decía como una broma que le voy a vender ese algoritmo a Google, para injertar la metáfora paterna en algoritmo.( Risas)

–¡Y el psicoanálisis habrá triunfado! (Risas)

–En todo caso, se podrán analizar los algoritmos… Vieron que en Mimos Coussin tiene una definición del psicoanalista que es genial, dice: «Un psicoanalista es alguien a quien pagás para que se quede en su sillón y lo forzás a que te escuche» (Risas) Después que yo hice esa broma, alguien me dijo tendrías que hablarle al ingeniero éste -que ambos conocemos- ¡Y resulta que les interesa !! Y desde ese entonces estamos hablando…

–A partir de un chiste…

–¡Sí!

–Vamos a pasar la palabra a la sala…

Anne Paquier –Es con relación al 0 y al 1 : en ese lenguaje binario todo funciona como si 0 fuera ya equivalente a 1, si decimos 0 euro o 1 euro… Tenemos una moneda de un euro pero no tenemos moneda de 0 euro. La cuestión del cero está falsificada, yo diría en ese lenguaje…

YD –Me sorprende mucho cómo lo plantea usted, porque la informática es un engaño sobre la red… ¿Dónde empieza ? Es una máquina sin filiación, usted nos hace pensar en eso… ¡La aplasta! Y nosotros sabemos en nuestro trabajo los estragos que hace considerar que alguien no está inscripto en una historia, es como comenzar a contar en otro lugar que el comienzo. Yo no lo había pensado así, pero estoy de acuerdo con usted. Me doy cuenta ahora que me pongo a pensar en cómo los chicos aprenden a contar. Mi hijo de tres años no cuenta a partir de 0, cuenta a partir de 1. Cuando contamos, contamos los intervalos, comenzamos por el 0, «cifra» viene de cifra (cero en árabe),es una revolución en las matemáticas porque dicen: no hay que contar desde 1, hay que contar desde 0, porque cuando estamos a 1 hay algo antes… E inventan el cero. Efectivamente hay en ese pensamiento binario un aplastamiento, que no es solamente en términos como que no sería complejo, que es bifásico, sino que es un aplanamiento de la historia, de la palabra, la palabra está tomada en un «tomar la palabra», comenzar a hablar… El mismo Turing consideraba que la fuerza de la informática es de no tener historia. La fuerza de la máquina la vemos en la «aplanadora» de la que hablábamos, con la que tenemos que habérnosla en nuestros trabajos, su potencia de destrucción que viene a romper la cadena de saberes, la transmisión, esas enfermeras que son desplazadas cuando tienen un saber en ciertos dominios y ciertos gestos. Todo lo que es una transmisión de saber sobre los gestos se hace despedazar por la aplanadora, es el punto donde ataca nuestra práctica de la palabra: en el punto de la historia, porque estas máquinas no hacen avanzar sobre la perspectiva. Es pragmática, a corto plazo, no solamente con relación al futuro. Todo lo que les interesa es hoy, el presupuesto de los tres próximos años. Todo lo que se destruye tiene un costo social enorme, si se destruyen los CMP**, a largo plazo, el costo social es enorme. Pero «la misión» es ahora, no tienen ninguna responsabilidad. Son los hijos de Eichmann: «Yo no quiero saber lo que va a dar en el futuro. Cuento lo que hay ahora». La máquina no piensa en lo que había antes y lo que habrá después. Cuando tendremos máquinas cargadas de algoritmos que nos ayudarán a pensar, no como una prótesis mecánica, sino que nos ayudarán a rencontrar la palabra, como quien inventa la pólvora, no tendremos ya necesidad de máquina. Y cuando comprendamos que ya no serán binarias, y que habrá más poesía que la que hay ahora en el mundo, habrá máquinas y computadoras que crearán poemas más lindos todavía que los que hay ahora, pienso que nos va a ayudar a volver a una tekné, la noción de tekné de la Grecia clásica, contemporánea del nacimiento de la democracia, ahí estamos bien en la noción de que hay una historia en todo eso. No comienza con el primero; en el siglo III AC tekné es un término que denota no solamente las técnicas que se aprenden y un saber que se transmite, en «tekné» está la idea también de un arte, o una invención. Está la idea de creación singular. Para nosotros se volvió un término negativo, la técnica; la técnica cuántica podría volver a la tekné.

X–( Pregunta inaudible)

YD –En las máquinas hay o no hay, estamos en off o en on; 0 /1 es la traducción humana, muchas expresiones actuales, hablan en esta forma, por ejemplo: «pasa o se rompe» (ça passe ou ça casse) y eso nos da una impresión de nosotros mismos como funcionando en off o en on, banalizamos una concepción maquinal de lo humano. Un psiquiatra de Sainte-Anne que sigue la moda, que va a congresos sobre los electro-shocks, que se llaman ahora sismografías porque ponen anestesia (tiene mejor prensa)… explica que eso está muy bien porque con una sismografía se puede «hacer un reset»… No escucha que en ese momento el paciente es visto como una computadora, el habla del paciente como de una vieja compu eléctrica . Cuando el paciente se va a despertar olvidará… Pero no olvida ¡borra! Que no es lo mismo. ¿Se puede hacer que una máquina olvide? El olvido es muy humano, la máquina borra. Vos decías, Susana, ¿se puede hacer que una máquina olvide? Por ahora se hace con los hombres: resets.

NOTAS:

*La metáfora del Nombre del Padre es una fórmula que Jacques Lacan escribe así:

En pocas palabras, es la sustitución del padre como personaje simbólico al deseo de la madre, término que remite a la madre, que puede hacer de su hijo su falo, con el consiguiente estrago. El padre, en tanto significante, puede ser cualquier otra cosa, otro hombre o causa que aleja la madre y la hace mirar para otro lado, dejando un espacio en el hijo para el deseo propio.

**CMP: Centro Médico-Psicológico: estructura médica externa que depende de un hospital psiquiátrico, para pacientes ambulatorios post-hospitalización o en consulta. La atención es gratuita.

Desgrabación y traducción al castellano: Susana Sherar

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