
Sobre el origen de Agujeros negros, una muestra de pinturas y cerámicas de Marcelo Villegas que puede visitarse hasta el 18 de septiembre en el espacio Multicultural de la Fundación San Cristobal (Italia 646, Rosario)

Por Verónica Laurino
En 1997 viajamos con el Marce al pueblo de Hertogenbosch en Holanda. Él había ganado una beca para trabajar su obra pictórica en cerámica. La beca cubría estadía y materiales. Ahorramos para los pasajes. El Marce tuvo que renunciar a su trabajo en una agencia de publicidad porque la beca duraba seis meses. Esas cerámicas regresaron en un barco que se llamaba El Pantanal y permanecieron en un baúl en nuestra casa. Esporádicamente participaron de alguna muestra colectiva, pero recién este año, o sea 28 años más tarde, gracias a Guillermo Fantoni y Alfredo Cherara de la Fundación San Cristóbal, van a poder verse todas juntas en Rosario.
A propósito de la muestra dice Fantoni: “En 1995 el artista realizó Mutaciones, su primera gran serie de obras ligadas a la abstracción: un conjunto de pinturas de gran formato resueltas con una mezcla de acrílico, cemento y óxido de hierro”. Son las pinturas que dieron origen a la beca y a la obra en cerámica.



Hertogenbosch es la tierra del pintor el Bosco. Cuando llegamos le preguntamos a un muchacho por el EKWC (European Ceramic Workcentre) y nos dijo que lo siguiéramos. Era más difícil explicarlo que acompañarnos: un manojo de callecitas medievales, un pueblo para perderse.
En el EKWC le entregaron una llave que abría todas las puertas: de las salas, de los talleres. Tenía a su disposición herramientas, barros, hornos y personas que lo asesoraban. Dormía en una habitación y compartía la cocina y el comedor con catorce becarios de diferentes partes del mundo. Cada unx aportaba sus saberes y sus sabores.
Antes de iniciar la beca fuimos diez días a Londres, diez días a Berlín y diez días a Ámsterdam, luego lo acompañé hasta Hertogenbosch y volví a Rosario, donde me esperaba mi hija Lucía, que había quedado al cuidado de mi madre.

En Argentina gobernaba Carlitos Saúl Menem, épocas de convertibilidad: 1 peso 1 dólar. Épocas contradictorias. Para el año 1998 ya había privatizado casi todo: trenes, teléfono, luz, agua, gas, rutas. El año anterior, el Marce había ganado un premio de Telefónica (compañía Francesa) y otro de Telecom (compañía española). Nosotros no teníamos teléfono fijo, entonces durante su ausencia nos escribíamos cartas.
Usábamos papel de avión, ese papel finito, casi de calcar, con sobres que tenían bandas azules; cartas larguísimas contándonos todo, era nuestra primera separación. Llevábamos cinco años de convivencia. Éramos tan jóvenes, tan pobres y con tantas esperanzas que no nos dábamos cuenta de lo felices que éramos

Un día, casi al final de la beca, me llegó un fax a un ciber. Primero me asusté, pero cuando fui a retirarlo era la invitación a su muestra allá en el EKWC. No pude ir, por razones de larga distancia, pero él sacó fotos para diapositivas de ese día que luego vimos cuando regresó. Otros tiempos, otras tecnologías, el mismo amor.

Página web de Marcelo Villegas
