El diario La Capital de Rosario, à l’avant-garde
Por Andrés Maguna
La publicación especial Estrictamente Social, del diario La Capital de Rosario, pica en punta, a la vanguardia de los nuevos modos comunicacionales entrando de lleno al primer cuarto del siglo XXI. Y desde su avanzada va mostrando el camino a seguir. Señala dirección y sentido, se ofrece síntesis y paradigma.
Mientras los diarios de papel terminan de desaparecer, y en tanto los medios digitales van adaptándose a las nuevas exigencias de los lectores, quienes a su vez no terminan de definir la masividad de alguno de los nuevos soportes, en estos tiempos pandémicos y pospandémicos una vieja sección de un viejo diario (“el Decano” se fundó en 1867) fue reformulada y supo condensar varios de los puntales de lo que se da en llamar Nuevo Nuevo Periodismo.
Para ilustrar con un ejemplo esto que se dice tomemos la última nota que publica Estrictamente Social, fechada el 24 de agosto del corriente, cuyo título dice: “Tributo al Sol por Martín Russo”, y cuya bajada explica: “El mejor imitador de Luis Miguel se presentó en el teatro Brodway, Martín Russo”.
Nótese la brevedad de la información aportada, menos que la mínima necesaria, la adaptación al habla popular del nombre del teatro Broadway (en Rosario nadie pronuncia la a antes de la d) y la repetición de la identidad del artista, de quien se afirma categóricamente (y para qué más) es el mejor imitador del famosísimo cantante Luis Miguel.
Luego del título se ofrece una foto del mentado Russo intencionadamente fuera de foco para que no queden dudas (o sí, ese es el juego) de que es igualito, o no, a Luis Miguel. Y debajo de esta ilustración tan intrigante (sólo lleva por epígrafe: “Martín Russo”) se desarrolla todo el texto de la información en tres líneas que dicen casi todo (dejar misterios a develar es clave) seguidas por cuatro fotos de espectadores con sus leyendas al pie.
Copiamos y pegamos el texto completo:
“El mejor imitador de Luis Miguel se presentó en el teatro Brodway, con un completo repertorio, que incluyó los principales éxitos del cantante. Los amantes del artista, fieles a su ídolo se dieron cita en el teatro”.
Sí, otra genialidad: el uso de repeticiones para fijar el concepto (“el mejor…”, teatro Brodway), con datos de información concreta (“completo repertorio”, “principales éxitos”) y revelaciones picantes: que “se dieron cita” los “amantes” de Russo y los “fieles a su ídolo” (se da por supuesto que se trata de Luis Miguel). Está todo dicho en tres líneas (repetimos: para qué más) pero dejando “blancos” para que complete a su antojo el lector.
Tras el texto, otras cuatro fotos, esta vez en foco, cierran la nota. En ellas se ve a once personas con barbijo (tres parejas y un grupo familiar de cinco) y sus nombres aparecen al pie de cada foto. Son estos: Juan Mauri y Sonia del Campo (foto 1); Gerardo Pinos y Micaela Milovich (foto 2); Liliana Scarafia y Maria Belén Martolio (foto 3), y Virginia, Valeria, Tato, Andrea y Jorgelina Pogolotti (foto 4). En lo que a nosotros respecta, completos desconocidos (si los conociéramos de vista tampoco podríamos reconocerlos, pues todos llevan puestos de manera correcta sus barbijos, como debe ser), es decir “gente común”, dejando a la imaginación del lector las suposiciones sobre si se trataría de los amantes del artista, los fieles a su ídolo o ninguno de los dos, sino simples mortales con ganas de ver un espectáculo cualquiera.
Con apenas cinco líneas de texto y cinco fotos, el Estrictamente Social de La Capital consigue la realización de dos propósitos difíciles de lograr: la satisfacción plena de la curiosidad de los lectores de hoy, y la exhibición generosa de las nuevas pautas, los códigos comunicacionales del futuro (que ya nos alcanzó) de cualquier medio escrito para ser leído. Extraordinario poder de síntesis y poesía concreta, bordeando la abstracción, con imágenes sencillas pero difíciles de descifrar.
Desde el análisis notamos que a veces los tan mentados algoritmos pueden venir cocinándose desde antes de ser conocidos, al calor de viejas tradiciones de la prensa vernácula, como en el caso que nos ocupa, lo cual nos resulta… estrictamente genial. ¡Enhorabuena!