El debate en tres actos

Crónica del primer debate entre los cinco candidatos a presidente de Argentina

Por Ciro Korol,
desde Santiago del Estero

Primer acto, sábado 30 de septiembre

“Santiago del Estero se viste de gala para recibir a los candidatos a presidente”, diría una crónica falsa de esta época insensata. Lo cierto es que en Santiago nadie parece prestarle atención al debate: todos están centrados en sus cosas, miran por la ventana y ven pasar otro sábado más de calor. Cuando se haga de noche saldrán de sus casas a pasear por las calles del centro o de los barrios. Yo mismo me encerré para soportar el calor de la tarde. En un momento salgo al balcón, estoy en la esquina de Matienzo y Pasaje Público. Observo el estadio y a unos pibes que patean una pelota en una calle desierta.

Durante esta tarde los candidatos tenían la posibilidad de ir a tantear el terreno de juego donde mañana tendrán el debate. Massa perdió la chance de probar el terreno, decidió evitar los aeropuertos donde se podrían acumular periodistas que le pregunten por el Pirata Insaurralde.

Foto: Ciro Korol

Bullrich sí acudió a la cita, previa conferencia de prensa en el aeropuerto. Al salir del Fórum saludó al puñado de militantes que vinieron a cantarle “Patricia Presidente” con acento en la e. Pero lo cierto es que Massa en esta provincia sacó el 46 por ciento de los votos, y que la gente está muy dividida entre los dos candidatos que lideran hoy por hoy las encuestas. Y creen que a Patricia, como me dijo Chupe Sayago, un dirigente zamorista, “la van a mandar a comprar papas”.

Pienso que tal vez el que más experiencia tiene en este tipo de definiciones es Javier Milei, que fue arquero de Chacarita. Esto del debate se parece bastante a los penales y la posibilidad de visitar el predio el día anterior se parece al reconocimiento de campo previo a una final. De hecho, él no desperdició la oportunidad de visitar el lugar junto con su hermana, la médium de animales Karina Milei, y su compañera de fórmula Victoria Villarruel.

La que también pasó por el Fórum fue Myriam Bregman junto con Nicolás del Caño, que fue el único que se acercó hasta el sector de la prensa. Resulta que en este debate, por pedido de algunos de los participantes, no pueden ingresar periodistas en la sala donde van a estar los candidatos. Solamente los invitados y asesores. Como prensa tenemos un espacio al lado, que es bastante feo, sin una mísera ventana y con unas mesas redondas que dan toda la sensación de estar en un cumpleaños de quince. Ahí adentro, como en una de esas salas de la Policía en las que el acusado no ve que lo están viendo, estaremos mañana como personal de prensa mirando a los candidatos responder a los distintos temas sin que ellos puedan vernos.

Se debate Educación. Recordemos, en esta verborragia amnésica de los medios, que el candidato a ministro de Educación de Milei dijo que si los argentinos hubiésemos realizado el Holocausto no hubieran llegado a 6 millones las víctimas, porque somos ineficientes y corruptos, no como los alemanes. Martín Krause no dijo nada del genocidio sistemático de la Dictadura Cívico Militar.

Camino por la calle Roca, me alejo de la vieja estación de trenes remodelada en la que se hará el debate. Cada tanto encuentro un bloque de concreto o todo vidriado donde funciona algún ministerio; hay una decena de edificios nuevos en la ciudad, como la Terminal de Ómnibus y el Estadio Madre de Ciudades. Todos se hicieron durante los gobiernos del radical aliado del kirchnerismo Gerardo Zamora, generando mucho empleo y valorizando ciertas zonas de la ciudad. En la calle Roca, que es supuestamente la de los bares, se nota que hay cervecerías con pretensiones de metrópolis.

El Fórum de Santiago del Estero

En la radio de un kiosko, al pasar, escucho que renunció Insaurralde. El relator de Independiente-Racing interrumpió el relato para anunciar la renuncia del jefe de Gabinete de Axel Kicillof. A ese nivel llegó la Travesía de Tincho. Insaurralde parece uno de esos muchachos que el enemigo te pone en sus filas para demonizarte, y la verdad es que es el ejemplo de la casta por antonomasia; es un tipo al que le chupa un huevo todo y se va en un yate con una modelo, y no sólo eso sino que le permite sacar fotos y luego publicarlas en Instagram. Primero la modelo las publicó sin arrobarlo y pasaron varios días sin que nadie se diera cuenta. Luego sucedió que lo arrobó a Martín Insaurralde. Y ese fue el final de una carrera política.

La política argentina es una tragicomedia, como ya se ha dicho hasta el hartazgo, y en ese teatro lo que viene a hacer Milei todavía no está contado. Parte de ese guion se narra a esta misma hora en el Hotel Hilton de Santiago del Estero. Desde mi balcón no puedo verlo, pero si lo hiciera seguramente vería a Karina Milei haciendo una sesión de espiritismo con su hermano, convocando a su perro muerto Conan para que lo ayude en el debate. O tal vez Javier está durmiendo, soñando que con una motosierra descuartiza el cadáver de Alfonsín. Antes de ir a mis propios sueños, me demoro pensando que si Milei es nuestro Trump, Santiago del Estero perfectamente puede ser nuestra Nueva York.

Segundo acto, domingo 1 de octubre

En el Fórum de Santiago del Estero van llegando los acompañantes de los candidatos. Llega Ramiro Marra y causa furor. Me mira y le digo: “aguante Pakapaka”. Me dice: “no, cómo, paja paja le dicen” y me da la mano. En un gesto de caballerosidad innecesaria le devuelvo el apretón.

Me meto al interior del edificio, en la sala de los stands de TV está Rossi hablando en TN. Le preguntan por la travesía de Insaurralde, él dice que son el único espacio que puede resolver un problema así en cuatro horas.

Luego llega el turno de Victoria Villarruel, que también se presenta en el set de TN. Verla de cerca me produce una especie de amor-odio. Es esa clase de enemistad que producen los enemigos que están a la altura de las circunstancias. Estoy en el rol de periodista, no en el de militante, así que le pregunto por aquello que dijo Javier Milei de que ella iba a ser ministra de Seguridad. Desmiente esa posibilidad y dice que va a ser vicepresidente y presidente de la cámara.

Son las ocho de la noche, en una hora comienza el debate. En el fragor de la previa, en un pasillo, me tengo que frenar para no chocarme con Melconian que pasa con su pelo teñido con betún y explica las cuestiones económicas en las que Patricia Bullrich tropezó varias veces intentando comunicarse.

En menos de veinte minutos comienza el debate y acá en el Fórum se respira la calma antes de la tormenta, la sala de prensa poco a poco se va llenando.

El debate es una obra en tres actos y lo que primero sorprende es lo guionado de las propuestas que presentan los candidatos, Javier Milei se pasó el debate leyendo y Patricia Bullrich en varias oportunidades bajaba su mirada, Massa hizo sus deberes y lo aprendió de memoria. La que destacó por su frescura fue Myriam Bregman, que enseguida introdujo lo del Insaurralde Gate, pero cayó en saco vacío.

Myriam Bregman, en efecto, arrancó el debate vestida de un verde muy parecido al del aborto legal seguro y gratuito; ese traje se lo eligieron sus amigas, me confiesa al salir. Ella fue la gran sorpresa de la noche del 1° de octubre, tal vez hubo quienes, detrás de sus televisores, o más probablemente de sus notebooks, se ilusionaron con la posibilidad de que el trostkismo triunfe en las masas finalmente y que aquellos que votan a Milei despierten del trance libertario con que los está embaucando Javier Gerardo.

Los cruces entre los dos candidatos que estaban en los extremos fue espectacular. La Rusa estaba ubicada en el extremo izquierdo de las pantallas y el Peluca estaba en el extremo derecho. Nunca mejor graficada la correlación entre lo que piensan y el lugar que ocupan. No como en el Congreso, donde son vecinos como en los aviones, y es sabido que Milei y Bregman compartieron el vuelo entre Buenos Aires y Santiago del Estero.

Después de la Bregman, que propone algo hermoso pero de difícil viabilidad, llega el turno de Javier Milei, que se propone exterminar la inflación, mientras sigue leyendo desde su atril con los lentes redondos un poco caídos que le tapan la mirada. Es curioso que haya elegido la palabra “exterminar”.

Foto de Rocío Cabrera Pinazo

Seguimos con las presentaciones y llega el turno de Massa, que es el primero en agradecer a los argentinos y argentinas que están viendo el debate desde sus casas.

El cuarto turno es para Patricia Bullrich que arranca tirando dardos al kirchnerismo y asegura excediéndose en su tiempo que es la única que puede terminar con las mafias.

Comienza ahora sí el debate: Javier Milei, que sigue leyendo, habla del modelo de la casta y dice que este modelo parte de una premisa nefasta que es la de que donde nace una necesidad nace un derecho. Él postula que las necesidades son infinitas y los derechos alguien los tiene que pagar. Propone hacer una reforma del Estado, cerrar el Banco Central, privatizar las empresas nacionales. Lo llamativo es que en el discurso no menciona la dolarización. De hecho, en los últimos días evitó el tema y empezó a suavizar la propuesta. Sin embargo, minutos antes del debate, la escuché a Villarruel decir que ellos iban a dolarizar.

Myriam Bregman le dice a Milei que hizo alianzas con lo peor de la casta: “No es un león, es un gatito mimoso del poder económico”. Esa frase, que nace con voluntad de meme, viralizable y divertida, habla muy bien de la capacidad de la Rusa.

Massa dice que lo que propone Milei sólo existe en Zimbawe, El Salvador y Ecuador. Dice que el destino de las pymes está condenado si gobierna Javier Milei. El debate lleva 20 minutos, ahora hace su derecho a réplica Bullrich y mientras tanto Milei hace caras mofándose de la Patricia; es el único que aprovecha el recurso, pero también es el único que se burla de sus adversarios. Seguramente a sus convencidos les gustó, pero hay que ver si admiten esta estrategia calculada algunos de los que podría llegar a persuadir.

Llega el turno de los dos minutos de Massa. Varios golpes interesantes, sobre todo si tenemos en cuenta que apenas asumió su cargo como ministro de Economía se encargó de impulsar la prórroga de la Ley 27.679 para blanqueo de capitales invertido en la construcción. Con lo cual se podía acceder a introducir dinero no declarado en el exterior, pagando un impuesto del 5 por ciento. Es necesario dimensionar, como dimensiona sin ningún lugar a dudas Sergio Tomás, que los argentinos tenemos casi 430.000 millones de dólares en el exterior. La cifra casi duplica la de la deuda externa, que es de 275.093 millones de dólares y está  cerca de ser igual al PBI total de la Argentina. Este es un tema que a Massa le preocupa, pero en los dos minutos que tenía no logró explicar la importancia del asunto. Se abatató con lo de la moneda digital. Mientras lo escucho pienso que está muy bien lo que está diciendo, pero que hay algo en el cómo que me gustaría que esté más afinado. Sin embargo continúa hablando de la ley de blanqueo y de subir las penas para evasores y para los que fugan capitales, “para que los que pagan impuestos no sean los tontos de la película”. Habla sin recurrir ni una sola vez el papel y mira a los ojos a los espectadores. Antes de irnos del tema economía es necesario recordar que Argentina realizó un acuerdo de intercambio de información de origen fiscal con los Estados Unidos de Norteamérica sobre ciertas cuentas de residentes argentinos en el exterior. Esta información se podría articular con la nueva ley de blanqueo que no consiguió aún dictamen en la cámara y se llama Declaración Voluntaria del Ahorro Argentino no Exteriorizado.

Después de la economía se habla de educación. Es el turno de Massa, que inaugura diciendo que la educación debe ser pública y gratuita. Y asegura que envió al Congreso un proyecto para que en vez de 6 puntos del PBI sean 8 los que se destinen a Educación. Y termina diciendo que los que están a favor de la libre portación de armas quieren que su hijo vaya a la escuela con armas y que él está proponiendo que vayan con una notebook.

Milei plantea su idea de educación con sistema de vouchers, a lo que Bullrich le sale al cruce diciendo que no conoce la Argentina; lo dice porque ella está haciendo que viaja en una casa rodante recorriendo el país, como estrategia de campaña.

Bregman en su momento habla de “los que mandamos a nuestros hijos a la escuela pública”. La verdad es que desconozco a qué escuela van o fueron los hijos de Massa, por un momento pensé que era un dardo bien puesto de la trotskysta. Lo cierto es que los hijos de Cristina fueron a la privada, bien que nos cabe a los que la admiramos. Contradicciones, tenemos todos, y la verdad es que viendo a los personajes desde dentro del debate puedo decir que hay bastante tufillo a casta en este ambiente, en eso Milei tiene razón, pero en realidad es un concepto robado del movimiento Cinque Stelle de Italia, un espacio iniciado por un cómico y un diseñador web.

Entramos al tercer bloque: “Derechos humanos y convivencia democrática”. Patricia Bullrich dice que todo lo que sucedió es una tragedia que no puede suceder nunca más. “Todo el día me están diciendo que usé la violencia, pero yo pertenecía a una organización juvenil”. Patricia, en realidad, como demuestra el libro Galimberti, fue de Montoneros y participó en un intento de atentado. Sin embargo ella insiste con que era solamente de la JP.

Y dice: “Lo aclaro para que nunca más se acuse falsamente.” Luego asegura que va a terminar con los piquetes, con la toma de tierras en la Patagonia, y afirma que “la convivencia social está rota porque todos los sindicatos que responden al gobierno ahora están todos callados pero después van a salir a luchar.” Y sí, Patricia, ¿qué quiere que hagamos si usted llega a gobernar, lo cual es una osada hipótesis teniendo en cuenta las encuestas?

Myriam Bregman dice que no puede soportar que los negacionistas reivindiquen los crímenes de la dictadura. Y que Massa le rinde pleitesía al gobernador Morales diciendo que es necesario un gobierno de unidad. Luego condena la represión al pueblo jujeño.

Milei usa sus dos minutos para sacarse de encima las acusaciones de fachos y de nazis que recaen sobre los liberales. Luego critica los curros de los derechos humanos y a las organizaciones que define como guerrilleros, y es entonces cuando dice el famoso “no son 30.000”, da una cifra y habla pestes de los Montoneros que cometieron también, según él, crímenes de lesa humanidad.

Massa toma la palabra nuevamente y sorprende diciendo “muy buenas noches nuevamente” como si recién empezara el debate. Enseguida supera ese traspié y habla del juicio a las Juntas y la condena a los represores que le valió a Argentina el reconocimiento internacional. Confirma que el 10 de diciembre va a conformar un gobierno de unidad nacional.

Llega el momento de las rondas de preguntas, el plato final de esta noche. Le toca en primer lugar a Patricia Bullrich que le pide al futuro presidente de Córdoba que se una a su espacio, en otras palabras más amables, y usó sus quince segundos para en lugar de hacer una pregunta elaborar una afirmación, bien al estilo confuso de la Pato.

Massa le pide a Javier Milei que le pida perdón al Papa, pero en mi opinión no lo hace bien, él tendría que haberle dicho algo de lo que Milei dijo del Papa, como que era el representante del Maligno en la Tierra. Yo esperaba ver llegar ese momento en que el candidato libertario devele ante el país sus delirios místicos. Pero Milei es loco pero no es ningún boludo, y dice “mis afirmaciones fueron hechas en un momento en que no estaba en política y ya pedí perdón por eso”. Lo cual no es cierto: Milei habló muy mal del Papa cuando ya era diputado.

En un momento le cortan el micrófono y se queda hablando solo. Qué habrá dicho en esos segundos, que fueron largos… fue el blooper de la noche: Javier Milei sigue hablando y los conductores lo tienen que hacer callar mostrándole el reglamento.

Ahora le vuelve a tocar a Milei en la ronda de preguntas y le dice “Señora Bullrich ya dos veces evadió la respuesta, basta de sarasa. ¿Qué va a hacer con las Leliq? Le doy otra oportunidad.” A todo esto qué carajo son las Leliq, se preguntaban Patricia Bullrich y los televidentes. Una especie de bono. ¿Pero cómo funcionan efectivamente?

Bullrich le contesta a Milei que no le va a decir lo que tiene que decir, que ella va a decir lo que quiere, que su lucha es terminar contra las mafias y a las Leliq se las pasa bien por el forro del orto.

Bullrich le pregunta a Milei. Arranca diciendo “Milei”. Ella siempre recuerda el nombre del adversario: si es Massa o Milei les dice por el apellido, en cambio a Schiaretti, que pretende seducirlo, lo llama Juancito. Pero ahora se refiere a Javier Milei, y le suelta: “Dijiste que no se puede hacer un nuevo país con los mismo de siempre. ¿Con Barrionuevo vas a cambiar la Argentina?”

Milei golpea sin negar lo que dice Bullrich: “Barrionuevo es casta, vos sos más casta.” Nosotros queremos una Argentina distinta, donde los chicos vayan a las escuelas con armas y se maten entre ellos, donde los ríos estén contaminados y las mujeres asesinadas, y los enemigos políticos presos, y tengamos una economía dolarizada y pujante. Y ante este sueño es normal que la gente cambie, cambió Barrionuevo que ahora se subió a la Revolución Liberal y dejó de ser casta.

Llega el turno de Bregman, que después de indicarle datos sobre la desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, le dice a Milei otra de sus frases memorables de la noche: “¿Usted niega el patriarcado por ignorancia o por machismo?”

“Lo niego por la evidencia empírica. Si usted tuviera razón y los malditos explotadores capitalistas oprimen a las mujeres excluyéndolas de los trabajos no veríamos lo que vemos cuando vemos una empresa. Pero cierto que usted no visita muchas empresas, bueno le cuento que hay mitad hombres y mitad mujeres. No es real la desigualdad”.

Tercer acto

Llega el momento del minuto final.

Primero el turno de Juan Schiaretti, que propone la independencia de Córdoba y la construcción de un río que salga de Córdoba y desemboque en el mar así pueden exportar sin pagar aduana a Buenos Aires.

Luego le toca a Bregman, que cierra para aplauso de la hinchada con su “son 30.000 y fue un genocidio”.

El tercero es Milei, que plantea que a lo largo de este debate “escuchamos a los candidatos y parece que son marcianos”. Su chiste cae tarde porque Massa ya había comparado a los otros candidatos con paracaidistas suecos; Milei, como es exagerado, dice directamente que son marcianos, hay que ver si en realidad cree que son marcianos, yo estoy convencido de que es capaz de creer en los reptilianos y toda clase de teorías conspiranoicas.

Lo interesante es que dice que son marcianos porque hablan como si no tuvieran que ver con el desastre que venimos soportando desde hace cuarenta años. Es curioso que para Milei los cuarenta años de democracia sean sinónimo de debacle. Tal vez, como su candidata Villarruel, se inspira en la Dictadura. De hecho algo de eso sonó cuando al principio del debate Milei aseguró que si le daban 35 años íbamos a ser como Estados Unidos, como si el pueblo argentino pudiera reescribir las reglas del juego y establecer un gobierno de más de ocho años. Como si el liberalismo fuera a permanecer 35 años en el gobierno. Milei vive en un reino de fantasías pero sus fantasías se vuelven reales, así que no confiaría en que no va a suceder.

Milei continúa diciendo: “No hay locura más grande, nada más demencial que creer que vamos a tener soluciones distintas haciendo siempre lo mismo”. Y luego concluyó diciendo que hay esperanza, que un futuro mejor es posible, “pero ese futuro es posible si ese futuro es liberal”, dijo ya excediéndose en su tiempo. Milei cree que el único futuro posible es el liberal, está muy convencido de su victoria, de hecho en un momento le dijo a Massa que no creé que Sergio vaya a ser presidente adjudicándose claramente la victoria. Massa le retrucó diciendo que no estaría tan seguro.

Y ahora llega el turno de cerrar para Sergio Tomás Massa, que arrancó de una manera rara diciendo que quería aprovechar ese minuto “para hablar con vos”, con lo cual sonó muy acartonado y falso, pero luego se encaminó diciendo que Argentina tiene tres caminos, “uno ya lo conocemos, es el de la vuelta al pasado, el otro, un salto al vacío y la locura”. Es un acierto decir esto de la locura porque una cosa es que Milei este locó y otra que nos tengamos que morfar su locura. Pero ahora termina Massa: “ A la urna no vayas ni con bronca ni con odio, andá con esperanza”.

Luego cierra el debate Patricia Bullrich diciendo que hace veinte años dan la batalla contra el kirchnerismo, logrando contradecirse con lo que ella misma dijo al principio, porque si hace veinte años que dan la batalla quiere decir que ni esperaron que asuma Néstor, con lo cual ni lo dejaron gobernar como hacen los sindicalistas y las organizaciones sociales según la misma Bullrich dijo cuando empezaba el debate.

Terminó.

No hay un claro ganador, y el único perdedor es Schiaretti, aunque resta por verse si en la república meridional de Córdoba tuvo efecto su prédica.

Salgo al pasillo a buscar un último sanguichito de jamón crudo pero ya no quedan más, han vaciado la mesa, llega el fin de fiesta. Algunos protagonistas como el Chivo Rossi y Myriam Bregman pasan a la sala de los stands de televisión. Me quedo hablando un rato con del Caño, que me dice que a Milei no le fue mal en el debate pero está claro que a ellos les fue mejor, Myriam Bregman no oculta su sonrisa cuando le pregunto por la frase “Milei no es un león, es un gatito mimoso del poder”, me dice que se le ocurrió ahí en el momento, mientras sostiene una mirada pícara.

Mientras tanto Massa se va por la puerta principal, ha hecho un buen partido, logró zafar históricamente del Insaurralde Gate. Pobre Insaurralde, al final no era para tanto.

En la calle sopla una leve brisa, lo vemos al Chivo Rossi que se va con la incertidumbre de la campaña. Tal vez le esperen cuatro años como vicepresidente, o tal vez nadie se acuerde que él era el candidato de Massa, todo depende de lo que pase el 22 de octubre y de lo que pase antes en Buenos Aires el 8 de octubre, en menos de una semana, cuando los candidatos se vuelvan a ver las caras para hablar de Seguridad, Trabajo y Producción, y desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente. Veremos si se salen un poco más del libreto ya con la experiencia previa de este debate, veremos si Milei se saca.

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